Hay una razón por la que vivir y no la se y mil maneras de
morir que tan obscenas de profetas el mundo me mando - que no se que esperarte
o salir pasmado de la puerta al ascensor.. me reduzco a la nada y al omega de
la vejez , de un árbol seco que alguna ocasión regué.. salieron nueces, y
fresas recubiertas de nata liquida, música antigua, oída de las oídas, cantar
de doble pletina – por caras de asilo, de agudizar y agonizar.. de aliviarte en
olivas, aceite de coco podrida, transpirando color intenso – me extrañe y no me
encontré.