Nació y le vio, grito a su padre y mato a su madre, niña
asustada con instinto maternal pero no animal, asesina de la crudeza mas sórdida
e imperecedera, saludó a la ciudad perdida y encontró vástagos brutales,
calamitosos y caricaturescos de alta gama; no me atreví a invitarla a una copa,
solo necesitaba drogas blandas para volverse dura, alguien saco sus marionetas
con perceptibles hilos de fondo en mi botella, jugar a roles de estrellas
marchitas en cumbres borrascosas nos dio la visión mas clara de la verticalidad
del horizonte, nos santiguamos y su sonrisa creció con cada espasmo, en esta
preciosa altura la caída es sutilmente mas liviana, nuestras peleas carecen de
comunicación y con roces sumamente cariñosos, campo de fuerza sin gravedad cero
se rompe cascaron y así rasgar la matriz de nuestras miradas, poco inteligentes
muy tontos con matiz en su faz de monalisa, erigimos mares de arte en olas rompiendo
la mitad de tu iceberg que no se derretirá jamás.