No quebró el terreno
un noviembre dulce
Pudriendo la belleza
a cortes de tijera
Sabiendo mirar
levantando las cejas
Mareándome al llevar
viejas prótesis no perecederas
Noqueando a un
adversario invisible
Pacifico unos puños
de nudillos yermos
Adentrándome en un
mundo de sueños
Que salvan los
traumas que aplacaron al niño con aquel rictus de rigor mortis
Parte del andamiaje esquelético
se derrumbara no lejos de tu hoguera
Y como cada semana
apenas nieva
Lucirá el sol libre
de putas nubes
Que no oscureceran de nuevo .. si .. mi larga sombra de vicios y tinieblas.